"Muchos de los que quisieron traer luz fueron colgados de un farol", Stanislaw Jerzy Lec

martes, 18 de marzo de 2014

Estado post moderno

La incertidumbre social que se ha ido desarrollando en cualquier parte del mundo reina y se ha vuelto  abrumadora. Pocos  saben qué pasará mañana,  también pocos son los que hacen algo por averiguarlo. La sociedad actual se encuentra inmersa en un círculo de actividades y gastos de los que no puede salir y, ni siquiera, tiene tiempo para pararse a pensar si está inmersa en esa rueda o no. El capitalismo se ha apoderado de las vidas de todos y sin darnos cuenta va absorbiendo la capacidad de los individuos de plantearse lo que les rodea, saber quiénes son o qué hacen con sus vidas.
Con esto quiero llegar al tema, considero, es el principal problema que plantea tanto el Estado Moderno como el Post-moderno: la economía.
Pensemos en el tema con imagines. Imaginemos la economía como un pulpo. Bien, se podría identificar la cabeza de ese pulpo con bancos, Estados importantes, al estilo de EEUU o China, grandes multinacionales o grandes fondos económicos existentes. La cabeza cuenta con varios integrantes, pero todos y cada uno de ellos busca un mismo fin, que es el de mantener su posición como cabeza del pulpo. Por otro lado, cada uno de los tentáculos del animal son la multitud de elementos que rodean el eje central, tales como: Estados de menor relevancia, como España o Rumanía, instituciones más locales, fondos económicos de menos tamaño o demás entes que podríamos considerar con cierto poder. Por último, en los tentáculos hay una serie de ventosas pegadas que se pueden identificar con hogares e individuos.
Pues bien, la cabeza es quien toma las decisiones y manda órdenes al resto del cuerpo, que deben ser obedecidas sin posibilidad de objeción. Los tentáculos reciben las órdenes de la cabeza, pero también son quienes dan directrices a las ventosas, pues hacen que se activen o desactiven a su merced. Todo este mecanismo de movimiento está impulsado por la consecución de un fin totalmente imprescindible si el animal quiere mantenerse con vida, y es el de comer y protegerse de otros animales.  
Si trasladamos esta metáfora a la realidad podemos reconocer dicho mecanismo en cualquier lugar hacia el que miremos. Quizá, en lugar de haber un único pulpo, encontramos varios que se encuentran en constante lucha y controversia, y el principal causante de dichas luchas y disputas es el dinero.
El dinero es lo que manda en el mundo real. La moral se ha dejado a un lado y el Estado se encuentra en un proceso de profundo cambio, pero ese cambio viene de dentro, es centrífugo, es decir, viene de cada una de las ventosas del pulpo. Los individuos, al vivir en constante incertidumbre, han cambiado sus valores y su moral por la moral del dinero, la moral donde lo único que importa es el dinero y la capacidad que uno tenga para conseguir dinero, lo que puede asegurar una cierta estabilidad mañana.
El cambio que se ha venido produciendo en las últimas décadas está emergiendo y está asfixiando al Estado Moderno. El Estado Moderno se está balanceando, casi a punto de derrumbarse, debido al corrompimiento de la sociedad, las instituciones e incluso las cabezas de pulpo que se encuentran ahora mismo en activo.
Las instituciones, además de seguir órdenes de los niveles superiores, tienen una actuación de cierto feed-bag; una actitud en la que “si tú me das, yo te doy”. El problema es que los individuos no están dispuestos a dar nada a nadie, siempre que no sea a cambio de algo que realmente les vaya a ser útil para mejorar su “nivel de vida” o aumentar sus beneficios. Con esta actitud de los ciudadanos, las instituciones siguen sus pasos, lo que lleva a un continuo distanciamiento entre instituciones y ciudadanos. El individualismo brilla en la sociedad actual, pero al mismo tiempo el paternalismo también cobra una gran relevancia… (algo en lo que no encuentro demasiada lógica).
Del mismo modo, los núcleos de poder acaparan cada vez mayor nivel potestativo, pero por mucho que apliquen ese dominio a instituciones, los individuos siguen escapando de ese poder en muchos ámbitos. Los gobiernos y Estado quedan deslegitimados y son incapaces de gestionar quejas o reformas propuestas de sus habitantes. Los gobiernos actuales no están capacitados para actualizarse al mismo ritmo al que lo hacen sus ciudadanos. Eso, o que en realidad no se encuentran muy interesados en hacerlo. Ahí queda la duda para muchos. Desde mi perspectiva creo que los gobiernos tienden más a la segunda opción, el por qué: porque están en una situación realmente beneficiaria desde el punto de vista económico, y ahí volvemos al punto inicial donde lo que prima es la economía.

Volviendo al punto inicial en esta última premisa es por lo que considero que nos encontramos en un constante cambio social, y al mismo tiempo institucional, que en lugar de avanzar en una misma línea, se encuentra está dando “un paso adelante y dos atrás”, por lo que, aparte de que el ritmo es lentísimo, el movimiento es discontinuo, aunque quizá esto pueda deberse a que realmente no sabemos ni hacia dónde vamos ni hacia dónde deseamos avanzar.

Para ampliar información sería interesante ver el libro de J. Chevallier, "E'État post-moderne"


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